Niña Pastori acaba de celebrar sus 25 años de trayectoria artística con una gira muy especial, además de otros hitos, para conmemorar una efeméride que agiganta su leyenda.
A lo largo de su ya extenso recorrido, Niña Pastori ha demostrado que no hay género que no se pueda renovar. Desde que se inició como casi adolescente hasta la madurez de quien cumple sus bodas de plata, la de San Fernando se ha consolidado como un talento fundamental para toda una generación. Su voz, su nervio y el compromiso con sus raíces —tan innegociable como sus ganas de experimentar— han hecho de ella una de las artistas más respetadas y laureadas de nuestra música, y muy especialmente en el universo del flamenco.
Pocos artistas han sabido conjugar como ella el purismo de su voz con las nuevas tendencias musicales. Desde que a los 8 años se subiera por primera vez a un escenario y con tan solo 12 se fijara en ella el gran Camarón de la Isla, ha consolidado un sello personal e inconfundible. Así es como ha cimentado una carrera en la que ha sido reconocida con cuatro Grammy Latinos, además de dos Premios Dial, otros tantos Amigo y diversos discos de Oro y Platino en países como España, Colombia y Argentina, entre otros logros.
